A veces mantenemos a personas de nuestro pasado atrapadas en un exquisito espacio de nuestra vida, de nuestra mente y nuestro corazón. Son personas que no sabemos porqué pero el sentimiento de nostalgia nos invade cada vez que percibimos o intuimos que algo no les va bien, que las huellas de tristeza se reflejan en su físico o cuando los rasgos de cansancio manifiestan su preocupación por algo. Es entonces cuando ejercemos una conducta extrañamente protectora e invasora de su intimidad en la que harías cualquier cosa por él; te encantaría cambiar el transcurso del tiempo para que no sufriera, venderías tu alma al diablo para que los ángeles cuidaran siempre de él y cometerías la mayor de las locuras para verlo siempre feliz. Estas personas llegan en un momento crucial de tu vida y se marchan con la misma rapidez, no sabes porqué han llegado ni porqué se han marchado tan fugazmente pero a pesar de su comportamiento esquivo y ambiguo, te conviertes en la guardiana de su alma.
Todas las personas que llegan a nuestra vida nos traen una serie de enseñanzas y nos indican en cierta manera como terminar de desarrollar ese camino que tenemos medio trazado. Algunas relaciones por fugaces que sean pueden enseñarnos una lección kármica o brindarnos una oportunidad de crecer porque en realidad todo el mundo nos aporta algo hasta con la peor experiencia de nuestra vida.
Debemos enfocar nuestra energía en lo que nos puede aportar buenos resultados y momentos de satisfacción en el presente. El mantener un recuerdo de alguien enquistado en nuestra vida es un dominio que no nos traerá satisfacciones y no nos corresponde ya, debemos liberarlo y desvincularlo de nuestra vida como ha hecho ya él con nosotros. En este caso debemos establecer unos límites con la realidad y darles el puesto que les corresponde como algo ya del pasado. El desterrarlos de nuestro corazón es la parte más complicada, pero afortunadamente llegará el día en que reaccionarás ante una singular actitud suya ignorando tus mas inquisidoras y tiernas muestras de preocupación por él y su entorno. Será en ese momento donde sin ningún tipo de titubeo entenderás que esa persona no quiere formar parte de tu presente, que te esta pidiendo a gritos que te olvides de él, que necesita que lo liberes de tus miradas primorosas, que te liberes de esos recuerdos que tan delicadamente guardas y que definitivamente dejes de preocuparte por él porque él hace tiempo QUE DEJÓ DE PREOCUPARSE DE TI.
Dedicado a esas personas que cumplieron la promesa de olvidar a esa persona pero que continuaron cuidando de ella en secreto, a esas personas que ignoran el porqué pero sienten una necesidad imperiosa de amarlo en silencio.
Espero como siempre vuestros comentarios, de los que se alimenta mi joven blog. Un besazo.