Señor Presidente, tengo miedo

Querido presidente no sé si llegará a leer algún día  mis inquietudes, espero que sí, que algún día la hija de su panadero lo lea y se lo comente a su amiga que a la vez será amiga de sus hijos y por alguna extraña e insólita circunstancia de la vida se lo enseñen como algo divertido y  Usted lo lea por curiosidad. ¿ Se imagina? Pues así será

Querido presidente: tengo miedo, miedo a vivir en una sociedad invadida por el mal,  miedo a vivir sin libertad porque mis alas se las han regalado a unos violadores y asesinos para que sean libres, miedo a que mis hijas sean victimas de esos Monstruos no rehabilitados que deambulan sin perspectivas, sin miedo y lo peor de todo sin nada que perder. Mandela decía que no es valiente el que  no tiene miedo, sino el que sabe conquistarlo, el miedo se conquista cultivando la paz interior y dígame Sr. Presidente como se hace eso cuando miramos las noticias y nos dicen que mas de 50 Asesinos están fuera de la cárcel, que son libres como el viento, que no conocen el sentimiento de culpa, que no se han arrepentido ni una vez de sus asesinatos y violaciones y que a lo mejor viven en mi mismo pueblo....Dígame como puedo tener paz interior.
 Yo nunca he tenido miedo de nada, de hecho he sido una loca inconsciente que ha sabido vivir deprisa y al día y eso es lo que había hecho mi vida tan intensa y pasional, pero desde que soy madre sólo me preocupa la seguridad, el futuro y el bienestar de mis hijos. El sentimiento de protección hacia ellos va ligado al sentimiento del miedo, cuanto mas miedo tengo mas sobreprotegidos los tengo y eso....no creo que sea bueno para ellos.¿ Pero que puedo hacer cuando nos encontramos envueltos en un aura de delincuencia?

Querido Presidente: No me siento libre. Me siento gobernada por personas que no les importa hacer las cosas mal, personas perdidas ante tanta desgracia humana, personas que han perdido el rumbo de sus ideales, personas sin perspectivas de cambio y créame cuando le digo que cuando esto sucede la cosa no pinta bien desde fuera.
 Cuando miro al horizonte veo un túnel negro sin salida y lo que mas pena me da es que no sé que será de mis hijos ¿ Podrán ellos llegar a ver  el final del túnel? Durante unos milimetricos segundos me dejo llevar por mi vehemencia, y me los imagino felices, viviendo en un mundo envuelto de esperanza, contemplando el infinito y azulado horizonte detrás de un etéreo túnel. Ojalá mis sueños se hagan realidad porque no estaré siempre para abrazarlos sigilosamente cuando tengan pesadillas, no estaré siempre para engañarlos de lo fantastica que es la vida y no estaré siempre para decirles que los malos sólo están en las películas. Pero mientras pueda les transmitiré serenidad y paz.

Podría extenderme mas pero no quiero aburrir a mis seguidores del blog que no se lo merecen. Quizás nunca llegue a leer esto pero me alegro de tener mi propio blog y tener libertad de expresión para plasmarlo en él. Pero si algún día tengo el privilegio de que lo lea; imagínese que es un vulgar ciudadano, sin poder, sin problemas financieros  y sin guardaespaldas para sus hijos, quizás así entienda el miedo que sentimos la mayoría de las familias cuando pensamos que nuestros hijos van a crecer en esta sociedad notoriamente PELIGROSA.

                                                                   
Espero que este Post os haya gustado, vuelve a estar hecho con el máximo respeto y bajo mi humilde punto de vista. Me encantaría saber vuestra opinión!!!! Un besazo a todos.