miércoles, 9 de abril de 2014

Qué lejos quedó nuestra amistad...

¿Cuántas veces hemos recordado esa amistad de juventud que tanto vacío nos dejó por culpa de un inesperado adiós? Yo sinceramente la he recordado mucho y no sabéis las veces que he llorado por no saber "QUÉ NOS PASÓ", y mientras me pregunto el por qué, los recuerdos de nuestra amistad se agolpan armoniosamente en mi mente para salir:

Éramos amigas inseparables, de esas que sólo tienes una vez en la vida, de esas que por mas que buscas en otros rostros jamás logras reemplazar ni igualar. Sólo con una mirada éramos capaces de adivinar lo que pensábamos, sin hablar, sólo destilando confianza y compenetración a través de nuestros ojos. Nos gustaba reirnos de aquellos que  pretenciosamente insinuaban que algún día esa amistad se acabaría, no la había roto ni la distancia entre Londres y España porque sentíamos esa necesidad de entrega mutua, esa necesidad de explicar al mundo que lo mas insignificante lo podíamos convertir en algo valioso.
Hubiera apostado mi vida por ella porque era una amistad tan desmesurada y desproporcionada que llegamos a pensar  que nuestras vidas eran totalmente paralelas y nuestras almas gemelas.
Recuerdo que nos comíamos el mundo subidas en nuestras motos mientras nuestras mejillas acariciaban el aire de libertad, experimentamos juntas nuestras mejores experiencias de juventud (nuestro primer cigarro, nuestro primer  novio, nuestro primer viaje solas). Compartimos  secretos que sólo una de nosotras sería capaz de guardar generosamente y gritábamos al mundo que nadie ni nada podría separarnos ignorando que la providencia nos tenía preparado un "Doloroso adiós".

Ahora que miro atrás veo lo lejos que quedó esa auténtica amistad que recuerdo con tanta nostalgia y felicidad mezclada, es un sentimiento agridulce que mientras lo plasmo en el papel todavía después de 19 años las lágrimas me caen tímidamente por las mejillas. A veces me pregunto cómo hubiera sido mi vida si el caprichoso destino no nos hubiera separado, y me doy  cuenta de que no hubiera conocido a tantas  personas que han pasado por mi vida y que tanto me han aportado, quizás tampoco tendría a mi maravillosa família que tanto me ha dado en la vida. A pesar de todo, volvería a repetirlo 1000 veces más porque no creo que hubiera sido tan feliz con nadie como lo fui con ella.

Alguna vez he coincidido en Blanes con ella y a pesar de las poderosas ganas que tenía de abrazarla y sentirla de nuevo cerca mía, decidí desviar la mirada y mirar hacia adelante. Os preguntaréis por qué, pues bien la busqué en todas las amigas que la vida me puso delante y nunca la encontré porque fue tanto el dolor que sentí, que nunca más he vuelto a confiar plenamente en la Amistad ni he tenido una entrega tan pura como la tuve con ella y eso....NO SE LO PERDONO.

                                                   
 
Hay recuerdos que no voy a borrar y personas que no voy a olvidar. Hay aromas que me quiero llevar y secretos que prefiero callar. Espero vuestros comentarios y vuestras experiencias. Un beso a todos!!

2 comentarios:

  1. Hola Elia! Que bonito tu escrito! Justamente ayer me acordé de ti cuando hablaba con Anna, y me vino el recuerdo de nuestras clases particulares de Mates y Química que para nosotras eran como de Chino Mandarín!!!! Todavía recuerdo los 'senos' y los 'cosenos' con pavor!
    Tu reflexión es cierta, pero la vida es como un tren, gente que sube y baja, y no todo el mundo te aporta cosas buenas, sino, a veces, todo lo contrario. Todo ello es lo que te hace madurar y evolucionar como persona. Cuando el trayecto con alguna persona ha sido largo y/o importante, obviamente el vacío que deja al bajarse es importante. Así que mejor seguir en el tren junto a la gente que realmente te quiere y te aporta felicidad.
    Un beso muuuuuy fuerte!
    Gloria

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  2. Hola Glòria!! Que alegria verte en mi blog jajaja. Me ha encantado tu comentario, es verdad que lo pasamos bomba en nuestras clases, lo recuerdo con mucho cariño. Sobre el tren, me encanta la manera en que lo ves, afortunadamente hubo gente que bajó en otras paradas y otras que continúan sentadas a mi lado a pesar del tiempo y el largo recorrido y eso...lo tengo muy presente. Continúo en ese tren de la vida dejando paso y asiento a gente maravillosa que me enseñan muchísimo. Un beso muy grande!!

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